27 de julio de 2010

Lluvia

Los niños no lo vieron hasta que cayo al piso. Y eso porque escucharon el ruido que hizo contra el pavimento mojado de la avenida. Gente que corría de un lado a otro para protegerse de la lluvia, autos esquivos que salpicaban los charcos que se formaban sobre la superficie gris hacia las aceras.

Arriesgándose a un regaño de su madre, que discutía con la dependienta de la tienda de abarrotes, corrieron para ayudar al hombre que permanecía inmóvil sobre el asfalto. Al acercarse notaron algo extraño, que confirmaron días después en un noticiero nocturno.

Su piel, pálida como la luna, expelía un extraño vapor que ascendía poco a poco, confundiéndose en una primera instancia con el vaho. Su atuendo era común: una chamarra de un equipo deportivo, pantalones de mezclilla y zapatos deportivos. Sus ojos abiertos bullían, como si fueran huevos sobre un sartén calentados al fuego.

Las gotas de lluvia no resbalaban sobre su rostro, sino que parecían atravesarlo como proyectiles disparados desde el cielo, sólo que con suavidad, ninguna violencia había que se notara. Asustados, sin ninguna respuesta ni intenciones de saber que sucedía, los pequeños hermanos corrieron al resguardo de la madre.

"¡Mamá, mamá!", le gritaron en cuanto la tuvieron al alcance de la mano. "¡Ese señor, ese señor tiene algo raro, ven a ver!" Pero sus gritos no encontraron respuesta. La mujer no veía nada. Tampoco pudieron dar respuestas los del noticiero, sólo atinaron a señalar sobre una "horrenda silueta parecida a la de un cuerpo dibujada sobre una avenida de la colonia M., que despedía un olor parecido al azufre y de la cual quedaban todavía rastros como de gelatina gris que conforme pasaba el tiempo se iba derritiendo".

 No supieron nunca que aquel era uno de los últimos ejemplares de su especie, ni más ni menos que un Vampiro de lluvia, los cuales a diferencia de sus primos los vampiros comunes pueden salir a la calle a plena luz del sol, siempre y cuando no llueva.

Pero a pesar de todo a mí me queda la incógnita: ¿Acaso fue un sucidio, un descuido mortal de un Nosferatu que no pudo resguardarse a tiempo o un homicidio muy bien ejecutado? Quizás en esta historia eso sea lo menos importante.

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