22 de julio de 2010

Apología personal Nº 37

Las opiniones personales de un servidor no son muy frecuentes en este blog. No porque no las tenga, ya que eso sería una mentira total. La razón es que he pretendido enfocarme en inquietudes un poco imaginativas y ficticias más que en una discusión crítica de temas actuales.

No me han faltado ganas de hablar de ciertas impresiones propias acerca de, por ejemplo, el terremoto en Haití, el desastre ecológico causado por la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México, la situación actual de México en cuanto a política y sociedad se refiere (o sea, a puras malas noticias), etc, etc.

Además de mi pretendida intención de seguir una línea específica tenía intenciones de abarcar esta vertiente un poco más "seria" y "práctica" en otro espacio. Abrí así un blog en donde hacer todo esto, pero como soy una persona que nunca termina todo lo que inicia y de mente inquieta, pues hasta la fecha no he escrito nada en ese blog.

Temas no faltan, como ya dije, tampoco ganas. Mi defecto de enfocarme en muchas cosas a la vez y ser inconsistente lo sortearía de no ser por otra cuestión extra: mi continua exigencia en grado alto por lo que escribo. Esto es que siempre que quiero dar a conocer algo en la red pienso en hacerlo con buenos contenidos.

Si lo logro o no ya es cosa que no me compete a mi decirlo, pero el punto es que me exijo demasiado en cuanto a mis escritos y hasta ahora he sido un juez implacable al mismo tiempo que no he pasado las correcciones y las pruebas de esos escritos de temas "serios". ¿Cómo conciliar estas dos facetas sin morir en el intento?

Al menos las presentes vacaciones de verano en las que me encuentro sumergido me han dado tiempo para divagar y llenar hojas y hojas de cosas que se me van ocurriendo a lo largo de los días. El caos engendra orden, siempre lo he pensado. Para muestra lo siguiente: en unas semanas volveré a la Universidad y todo retornará a la necesidad de ser encaminado a un objetivo o en este caso a varios objetivos.

Y digo necesidad porque creo firmemente en que escribir es una necesidad, al menos en mi caso. Hasta ahora ha faltado abordar esa parte distinta de mí en estos lugares, no solo la que he venido haciendo: la de ensayos triviales, cuentitos chistosos y versos imaginativos. Me siento muy bien con lo que he hecho, pero no es suficiente.

Si quieren seguirme en este nuevo loco que saldrá a la luz dentro de poco ("cuando suceda todos lo sabrán", como dicen las Revelaciones), les agradezco. Sino pues también. La escritura es tanto un dialogo autoreflexivo como una discusión con los hipotéticos lectores que la leen.

1 comentario:

Enazul dijo...

Espero que pronto te decidas a publicar en ese "otro blog"....
o ese "otro tú"..
Saludos¡¡¡