29 de abril de 2011

Tensión

La cuerda se estiraba más y más, sin romperse. Abajo el abismo inconmensurable, apurándonos a que lo visitáramos de una vez por todas. Pero ella se negaba: ‘algo’ la hacía permanecer en equilibrio sobre la tensa superficie, ‘algo’ cuyo origen se hacía difuso a medida que lo pensaba, como si fuera un país lejano visitado cuando niña.

Unos ojos fijos, puros como la muerte, me daban noticia del estado de las cosas cada vez que se topaban con los míos en una fiesta, en una conferencia o simplemente un día cualquiera al caminar sobre la acera. Ella me situaba al otro extremo de su cuerda floja, como parte de un reto originado en una intuición mutua. Y yo seguía, sin saber cómo escapar de su tensión, con el cuerpo hecho pedazos por el deseo, el cual se movía a través de mí…

Pero no podíamos sucumbir de una buena vez. Ni cielo ni infierno, solo la maldita cuerda ignorante de nuestras respectivas parejas, compromisos, pactos de confianza, apegos y afinidades. Solo una tensión, que era su origen, y un abismo: siempre un abismo como imposible final.

26 de abril de 2011


“¿De dónde vendrán estas naranjas? ¿De dónde?”, se pregunta aquella mujer en los momentos en que se queda sola atendiendo su pequeño puesto de jugos improvisado en mitad de la acera. Se imagina a los recolectores, verdaderos ejércitos de hombres y mujeres que sonríen desde las alturas, entre las hileras interminables de naranjos, cada uno subido en lo más alto de una escalera y con una tinaja de madera en el suelo sobre la que dejan caer una naranja tras otra.

Sabe que las imágenes de este tipo son solamente eso: imágenes, las cuales habrá visto cualquier día en algún anuncio comercial transmitido por televisión; meras invenciones que quedaron almacenadas en su mente, producto de un montaje con actores jóvenes, apuestos y bien vestidos interpretando un papel.

Pero a pesar de la irrealidad de aquellas imágenes, es la única forma en que se le ocurre representarse el origen de las naranjas. “Sea cual sea el lugar de donde provengan –piensa-, es casi seguro que se encuentra más allá de las miles de calles de esta ciudad.” Pasados unos minutos vuelve a trabajar. Sus dedos se llenan de jugo al cortar por la mitad una naranja tras otra, al tiempo que sus pensamientos se vuelven rápidos y confusos. Pensamientos que junto con los de otros miles de habitantes, componen un tejido gris, uniforme, ausente de preguntas y de huertos de naranjos...

21 de abril de 2011

Una aproximación a la definición de amor


Marguerite Yourcenar


"En el caso de la mayoría de los seres, los contactos más ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo, y aun para hartarlo. Si insisten, multiplicándose en torno de una criatura única hasta envolverla por entero; si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensable que nuestro propio ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, más que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu."


En Memorias de Adriano, trad. Julio Cortázar






16 de abril de 2011

La idea del pecado parte de considerar al cuerpo como un bello instrumento, un arpa quizás. Si hay un exceso en el uso de este instrumento, dejará de producir armonías y canciones deliciosas. También si no se utiliza como corresponde, igual que tocar un violín con el tallo de una planta o toser en la boquilla de una flauta. Más, ¿por qué ver a un cuerpo como un instrumento cuyo único propósito es proporcionar armonías? ¿Quién dijo que fuimos hechos con una boquilla que solo tiene un uso correcto, o que nuestra piel es un conjunto de cuerdas que desafina si no es tocada de una forma adecuada?