31 de octubre de 2009

Pequeña melancolía

Solo una belleza me sobrecoge, me hiela la sangre cuando la advierto frente a mí. Es una belleza pacientemente construida, pulida a través de millones y millones de años. Fruto de catástrofes, del paso de vidas; también de numerosas muertes.

Poco a poco va deslizándose, humildemente y por todos lados. Discreta, parece decirnos "lo he logrado, pero no se lo digas a nadie. Es nuestro secreto..." Y se aleja entre la majestuosidad del paisaje, aun entre la tierra o entre los muebles del departamento.

La noche llega y no puedo dormir. "¿Estás ahí compañero?" Es inútil. Hablamos lenguajes distintos. Lo único que nos hermana es ese sentimiento inevitable, la angustia por la fragilidad. Por la insignificancia.


Afuera todo permanece en relativa calma. El silencio del espacio, de las estrellas, las nebulosas y los vacíos inconmensurables. Dormimos por fin, olvidados a nuestras propias bellezas. Dormimos los diferentes insectos. Cada uno en nuestro propio rincón, en algún lugar del espacio.


20 de octubre de 2009

Yo aspiro

Tratar de captar la vida de un hombre en un párrafo, sus miedos, sus frustraciones. Lo que nos hermana, lo que puede separarnos. Las preguntas que sólo parezcamos decirnos a nosotros mismos y que se encuentran en lo más profundo de nosotros mismos. Esas que nos importan, que sólo nos importan a nosotros.

Las rabias, las alegrías. Lo que resulta de ese milagroso choque cotidiano con los otros, porque pareciera que el infierno son los otros, aunque repensándolo parezca que no podamos temer nada de un mundo tan regular. Porque nunca terminaran los laberintos ni los murmullos. Porque el corazón de nuestras tinieblas puede permanecer oculto y porque nunca dejaran de doblar las campanas.

Aunque nos parezcan lejanas las urbes belicosas que alguna vez atacaron los aqueos, aunque creamos que estamos a salvo de locuras quijotescas y de vez en cuando nos aseche un terror kafkiano a convertirnos en repugnantes bichos, seguiremos aspirando a las ancestrales veladas en donde todo era mágico y gozoso bajo la luz de la vela, sosteniendo un libro.

Escribiendo o leyendo. Cuando hablo de ellos intento explicarme a mí mismo. Apagar mundos, universos, puntos de vista, latidos... Para de nuevo volver a encenderlos en la siguiente oportunidad que se nos presente. Humilde aspiración. Oh, humilde aspiración.

8 de octubre de 2009

Fuck the "If - then - else"...

Subsuelo Superficie.

Sociable Misántropo

Eufórico Depresivo.

Pesimista Hombre con fe.

Multivocal Silencioso.

Sombrío Luminoso

Suicida Vital

Noble Egoísta

Autómata Librepensador

Racional Loco.

Citadino Campestre

.

.

.

Y pensar que a efectos de la estadística, de la convivencia social, es preciso elegir sólo una de las opciones.

Por el contrario yo prefiero otra, la que equivocadamente se ha nombrado del cobarde, del impasible, del tibio: elijo no elegir.

Que quieren. Algo tenía que valerme madres.

Salud.



4 de octubre de 2009

Superhéroes


Una de las pocas cosas que compartí con los niños de mi edad, fue el gusto por los superhéroes. Lo admito, además, la cosa no es nada grave. Como muchos, coleccioné albumes con estampas, comics, figuras de acción... Y seguramente en alguna ocasión soñé con tener superpoderes. En suma: el paquete completo de la fase niño-fanático-superhéroes.

Claro está que la edad va cambiando las cosas. Además de la obvia pérdida de la inocencia y todo ese rollo de convertirse en adulto y sus implicaciones, uno se da cuenta que eso de ser superhéroe no es la gran cosa. Y lo digo desde un punto de vista teórico, reflexivo (me refiero a que lógicamente uno no se da cuenta de esto siendo superhéroe en la vida real ).

¿O es qué aquellos tipos enmascarados que defienden la justicia y la paz no tienen también una existencia desastrosa y caótica igual que la que nosotros, los simples mortales soportamos everyday? Claro, la ficción los defiende (la mayoría de las veces) de peligros como la muerte; pero por el contrario no puede hacer nada contra cuestiones tales como el desarrollo de una doble vida, el no poder llevar una vida normal (ya saben, esa que los neoliberales estandarizaron: casa, coche, esposa, hijos, lic en Sistemas/ Administración de empresas, ipod...) En suma: ser un superhero trae, inevitablemente, la marginación.

Vistos desde ese modo, los superhéroes no deberían inspirarnos más que compasión y tristeza. Excluídos por la gente normal por el hecho de ser distintos (debido a sus "poderes"), los héroes de ficción tienen que aprender a vivir en una atmósfera constante de tensión, de conflicto que fluctua entre el odio y el reconocimiento.

Porque Spiderman nunca va a poder ir a Tepito o a Iztapalapa como ciudadano común y disfrutar de un paseo tranquilo ya que le quedaría la preocupación de que tarde o temprano su sentido arácnido se le activará cuando a Maria Juana (Mary Jane para los anglos) le quieran dar baje con su bolsa y él use sus poderes para atrapar al malhechor... y entonces todos se darán cuenta que San Juditas le hizo el milagro de darle superpoderes bien chidos... luego el acabose, ya que entonces:

-- Sería explotado por el gobierno calderonista el cual lo usaría como emblema del sexenio, colgándose de sus triunfos y aventándose sus vomitivos discursos como el que "gracias al gobierno que toma acciones, es que los mexicanos ahora están protegidos contra la delincuencia y el narco"...

--y sería llevado a todos los programas matutinos basura de Telerisa y Tv Apesta, los cuales se pelearían entre sí para tenerlo y aumentar el rating, poniéndolo a competir en concursos absurdos de famosos y a bailar entre conductores carentes de materia gris y tendría que soportar que las Maribel Guard o las Ingrid Coronado le tiraran los perros a indiscreción...

-- las marcas transnacionales como Gillette, Coca Cola o hasta Men Force y Nixxon lo asediarían hasta el cansancio para que accediera a aparecer por millone$ de pesosen sus respectivas campañas publicitarias (diablos! hay algo peor que imaginarse a Spiderman diciendo que "con N. se siente en las nubes" ??)...

-- Después de formar parte del MP, PGR y el ejército, así como la AAA, el CMLL y la Femexfut (¿?), los de "La Familia" le llegaría al precio y se pasaría al lado oscuro, aunque no se salvaría ya que igual se tendría que cuidar de las traiciones de sus compañeros del mal...

-- y ya no analizamos como afectaría esto su vida conyugal, sólo porque ya no nos da tiempo.

Ejemplos de porque los pobres superhéroes sufren, hay muchos. Y para ser un marginal, un excluido de la sociedad, prefiero ser un citizen común y corriente. Prefiero, una que otra vez, y siempre y cuando la situación lo requiera, aventarme a rescatar niños de edificios en llamas y realizar maniobras de resucitación cuando a mis amigos se les atore un sabritón en la garganta...

En suma, que eso de las alienaciones y los conflictos existenciales, sin embargo, pueden darse sin necesidad de pasar por el doloroso proceso de "super heroicización". Me explico: no tenemos necesidad de ser super héroes para ser marginales. Quizás esté entendiendo al super héroe desde su aspecto más trivial, prescindiendo de la carecterística determinante: la de los super poderes. Pero por otro lado, si lo vemos desde un punto de vista más abstracto, creo que la marginalidad es un aspecto que hace del super héroe un ser interesante y que inconscientemente actúa en nosotros para dotarlo (en estos tiempos cada vez más alejados de lo irreal) todavía de una vigencia y actualidad constante...

De cualquier forma y aunque no venga al caso, me daré el lujo de confesarles (nótese el grave caso de regresión infantil), que si pudiera ser un encapuchado con capa e identidad secreta, escogería el poder de la teletransportación: ¡Zuuuumm! *


* Supuesta onomatopeya que indica una teletransportación, y en el caso de la presente entrada funciona también como despedida (N. del A.)