21 de enero de 2010

A m'arcòrd di Fefe

(20 de enero de 1920 – 31 de octubre de 1993)

"No hay fin. No hay principio. Hay sólamente la infinita pasión de la vida."

Había una vez un hombre que soñó en nombre de todos nosotros, que se atrevió a gritar de que estaban hechas nuestras vidas, nuestras ilusiones, nuestros deseos ,nuestras tragedias, victorias, y nuestros miedos. Ese grito armonioso, bello y profundo, circula en viva voz de sus películas. Hablo de aquel que ayer cumplió 90 años de nacimiento. De Federico Fellini, el querido "Fefe". 

"No voy a demostrar nada, voy a mostrarlo", dijo una ocasión. Y vaya que mostró todo lo que tenía que mostrar. Mostrar sin tapujos sus propios recuerdos, los más profundos, los más nostálgicos, que aunque muy suyos en el fondo eran comunes a todos nosotros.

Para ello se valió de la mejor forma posible, la que usan los genios y los visionarios: creó una nueva forma de narrar este universo. Las vidas de sus personajes, el ambiente, sus historias. Todo ya estaba antes de que él llegará. Su logro es haber presentado de forma magistral lo más importante, lo más profundo de eso que ya existía. 

Noventa años han pasado desde el inicio de eso, del "yo recuerdo", del "No tener nada que decir", de caminar por una "strada", de esta "dolce vita", de estos "espíritus". Sirva esta breve entrada como un humilde agradecimiento personal al maestro de maestros del cine no solo italiano, sino del cine mundial. 


 



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