11 de noviembre de 2009

8 ½


Una tarde cualquiera del mes de abril de este año, llegué al salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras para asistir a la proyección de la película 8 ½ de Federico Fellini. El número de personas que ocupábamos el recinto aquel día, se contaban con los dedos de la mano. De Fellini no conocía mucho. Hasta ese entonces únicamente había visto de él su película para televisión "Los payasos" (I Clowns, 1971) que, eso si, me había gustado mucho. Claro, lo poco que sabía de FeFe me había dado la suficiente curiosidad como para saber más de su obra. Así que cuanto me enteré que exhibirían una película suya en la Facu, no dudé en asistir.

Y debo admitir que desde la primera escena quedé cautivado: la secuencia de un hombre atrapado en su automóvil en mitad del tráfico, a punto de asfixiarse con el monóxido de carbono, logra escapar y echa a volar por sobre los otros autos. La mezcla entre los elementos oníricos y reales, (la secuencia es parte de un sueño) hacen de aquel momento uno de los más geniales de la historia del cine. Claro, es necesario verlo para compartir esa emoción que yo sentí aquella tarde. ¿Qué vi? Lo siguiente:

El protagonista es Guido Anselmi, director de cine de gran fama quien se encuentra “filmando” su más reciente trabajo. Y digo se encuentra “filmando” porque lo que menos hace a lo largo de la película es eso, trabajar en su más reciente película. Da la casualidad de que el pobre Guido atraviesa una crisis no sólo creativa, sino personal y hasta existencial: no tiene ni la más remota idea de cómo sacar adelante su película, la cual ni siquiera ha iniciado el rodaje y para la que ha audicionado a decenas de mujeres para el papel principal sin decidirse a escoger una. No hay un guión, ni una trama ni personajes definidos y su productor se encuentra preocupado. Lo único que lo motiva a seguir financiando este barco a la deriva es el gran prestigio logrado por Guido en anteriores trabajos.

Presionado a cada momento por la prensa, actores, staff, productor y amigos para conocer sobre que tratará su último filme, Guido se refugia en sus recuerdos: evocaciones de mujeres que han ocupado un lugar importante en su vida, los fantasmas de su pasado que son intercalados de manera inteligente y dan a 8 ½ una profundidad asombrosa; iniciando una vertiginosa carrera que parece desembocar en la tragedia.

De la vida de Guido sabemos que fue un conquistador y mujeriego, pero que ahora se encuentra dominado a cada momento por estas mujeres a las cuales es incapaz de amar, pero de las que busca aunque sea un pequeño resquicio para salir avante. Cuando la situación parece insostenible, agobiado por sus amigos, compañeros de trabajo, y por esos fantasmas y recuerdos... Aquí el gran Fellini nos deleita con un final sorpresivo.


La película en sí se encuentra salpicada acá y allá de imágenes poderosas, que incluso podrían calificarse de poéticas. A pesar de parecer la trama muy llana, la de un hombre sumido en una crisis, es la interacción con los otros personajes de parte de Guido hace que la obra se sostenga y alcance niveles genuinos. Como olvidar resaltar a un sublime Marcelo Mastroianni que logra con creces ponerse en los pies del protagónico, haciendo de esta actuación que hace del agobiado Guido Anselmi una de las más fregonas de toda la historia del cine.

Si quieren ver una película que los deje con un gran sabor de boca y con ganas de cuestionarse su propia vida, vean 8 ½ de Fellini. Por si no los contagié del todo de esta película que ya he visto como cinco veces la cual no está de más decir que es de mis favoritas, sólo les comento que es para muchos la obra maestra del que es considerado por muchos el mayor genio de la historia del cine. Quien si no el gran FeFe.

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