16 de abril de 2011

La idea del pecado parte de considerar al cuerpo como un bello instrumento, un arpa quizás. Si hay un exceso en el uso de este instrumento, dejará de producir armonías y canciones deliciosas. También si no se utiliza como corresponde, igual que tocar un violín con el tallo de una planta o toser en la boquilla de una flauta. Más, ¿por qué ver a un cuerpo como un instrumento cuyo único propósito es proporcionar armonías? ¿Quién dijo que fuimos hechos con una boquilla que solo tiene un uso correcto, o que nuestra piel es un conjunto de cuerdas que desafina si no es tocada de una forma adecuada?

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