7 de abril de 2013





Hubiera preferido la cálida senda diurna
Jugando con nuestros pies cansados.

Que extraña es la noche de calles vacías.
Se perciben desde el autobús ecos y sombras

Fíjate bien. En aquella esquina no hay nada ni nadie.
No hay nada ni nadie.





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