¿Para qué leemos? ¿Leemos para ser felices, por que creemos que eso nos hará más inteligentes, más cultos, más preparados para la vida, por qué así nos inculcaron nuestros padres o algún profesor? ¿O nada más por qué sí?
Confieso que a veces cuando termino de leer una novela, ensayo, cuento o poesía, me invade una infinita tristeza. Esa sensación placentera persiste en mi ser todavía, pero algo también me impele a alejarme del mundo, como si en él no pudiera encontrar algo que me devuelva a ese estado de fascinación, de sorpresa provocada por mi lectura anterior.
Quiero volver a esa dinámica de imaginación, de creación de mundo y significados, pero necesito pasar también a la relajación, a un estado de abandono, de recobar fuerzas, como después del acto sexual. Si me acercaran otro libro en ese momento, largamente añorado por mí días antes y me pidieran leerlo, seguramente lo aborrecería. ¿Cómo describir aquello?
Confieso que a veces cuando termino de leer una novela, ensayo, cuento o poesía, me invade una infinita tristeza. Esa sensación placentera persiste en mi ser todavía, pero algo también me impele a alejarme del mundo, como si en él no pudiera encontrar algo que me devuelva a ese estado de fascinación, de sorpresa provocada por mi lectura anterior.
Quiero volver a esa dinámica de imaginación, de creación de mundo y significados, pero necesito pasar también a la relajación, a un estado de abandono, de recobar fuerzas, como después del acto sexual. Si me acercaran otro libro en ese momento, largamente añorado por mí días antes y me pidieran leerlo, seguramente lo aborrecería. ¿Cómo describir aquello?
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