5 de diciembre de 2012

Reaparición



Volvieron a tener noticia de él cuatro años después, cuando se lo encontraron caminando por la calle; iba con los brazos pegados en los costados, como colgando, inanimados, una mera extensión de sus hombros fornidos. Las piernas también se movían con dificultad; a través de su rostro asomaban pequeños retazos de un pasado que trataba de negar esbozando una sonrisa fingida, replegado todo su ser en aquel abrigo monumental color negro comprado hacía muchos años en el tianguis de La Lagunilla, el cual nunca se quitaba de encima (aún cuando hiciera, como ese día que lo vieron, bastante calor)




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