7 de mayo de 2010

Retratos


¿Qué se pierde, qué se gana? Los retratos en la pared atestiguan el irremediable paso del tiempo. Crecer para dejar la casa paterna. Luego volver ocasionalmente (si se puede, si se tienen las suficientes ganas, si aquel lugar sigue aún en pie) para ver que ha cambiado, que no volverá jamás. Las demás cosas: pensar en lo que no fuímos, en lo que hubiéramos podido ser, son todos ejercicios inútiles. Viles artificios de la imaginación.

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